domingo, 24 de febrero de 2013

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía (hacer click en este link)


Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder

Estar con San Pedro Claver hace cuatro siglos para los esclavos era un momento de libertad y de sublimidad. En pleno siglo XXI, la diversidad sigue siendo atacada por los que creen que tienen el poder y que no son libres por su adicción a la prepotencia.


Texto y fotos: Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


























   Hace unos días en Cali recibí una amenaza producto de la intolerancia. En un acto que me pareció perverso, alguien a quien no le gustó que yo expresara a veces términos del dialecto caleño en mis espacios periodísticos, amenazó con sancionar a un colaborador mío que también tenía un nexo con esta persona, si éste se expresaba en mi espacio periodístico con lenguaje caleño. En pleno siglo XXI esto es un atentado contra la humanidad, es un verdadero oprobio contra los derechos humanos, es lo que se conoce como bullying.
   Mientras paseaba por Cartagena, me acordaba de otros tiempos, en los que los blancos invasores, armados hasta los dientes, abusaban de personas pacíficas desarmadas con otro color de piel. Eran blancos esclavos del poder, esclavos de los lujos, esclavos de la pereza y el abuso hacia los negros del África con quienes traficaban.
   Para estos abusivos esclavistas, violadores de la humanidad, el negro no debía tener poder ni ser gente por ser de diferente color de piel. Aquel negro que a futuro crearía la música más complicada e inteligente del mundo: el blues y el jazz..., o la más alegre, que es la salsa, aquel negro que sería el líder del mundo en la potencia más poderosa, para esos tiempos…, aquel negro, era vendido en una plaza de mercado en Cartagena por los más viles y perversos seres del reino animal: los esclavistas. "No debes hablar africano", le decía un esclavista blanco a una torturada bella mujer negra, "porque eso no te hace gente". Y le seguía diciendo, "debes entender que si hablas diferente, eres un animal. Si tocas un tambor, si hablas africano, si no te haces entender como yo quiero, serás castigada con azotes hasta la muerte". Lo peor fue cuando los esclavistas abusivos con su poder le quisieron hacer creer a los esclavos que eran como amos, los únicos dueños de la razón y la verdad. Era la irracionalidad, que como un sofisma se vendía como la supuesta verdadera forma de ser y del ser. Muchos eran de Malí, donde está la biblioteca existente más antigua del mundo. Otros, como los ascendientes del cartagenero cantante Joe Arroyo, eran de Senegal. La bella ciudad de ahora, fue contruida a punta de latigazos y muertes de negros que no tuvieron oportunidades de una vida digna.

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía
San Pedro Claver, defensor de los derechos humanos y de los esclavos, contra los abusos de aquellos Caínes genocidas que se servían del trabajo gratuito, el cura español San Pedro Claver, que no soportaba las injusticias y reaccionaba, era aquel que se decía en Cartagena el esclavo de los esclavos. Exigió respeto y libertad para con ellos y se volvió otro esclavo para servirlos, curarles sus llagas y mostrarles que en medio de todo lo malo ellos eran lo bueno y lo mejor de la humanidad, cual Cristos crucificados para redimir al mundo. El se interponía ante los azotes de los esclavistas, que ni siquiera respetaban a veces su jerarquía eclesial. El asunto para él no era convertirlos para que piensen como él. Claver, tenía y sabía que ellos siendo diferentes hacían parte de la maravilla de diversidad y belleza que Dios creó en un mundo y que los conquistadores sólo veían en blanco y negro. Su convento jesuita se convirtió en una zona de protección de humanidad para estos hombres y estas mujeres que forjarían la cultura colombiana, aquella de ser felices en los momentos libres, de ser generosos, de ponerle color a la vida.Jaime García Márquez, hermano del Premio Nóbel, Gabriel García Márquez, me contaba en Cartagena que su hermano decía que la gente en el Caribe de América era igual y hablaba en el mismo idioma y dialecto. "Que era lo mismo un cubano, que un cartagenero, porque hablan igual y se visten igual por la sangre negra que corre en sus venas". "Por eso mi hermano se sentía en casa en Cartagena, como en La Habana o cualquier isla del Caribe".

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


 Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

   Caminando por Cartagena, vi la estatua de San Pedro Claver al pie de la iglesia y el convento donde el protegía a los esclavos. Me imaginaba como era para los esclavos el sentirse libres en el alma caminando con este piadoso hombre bueno, mostrándoles el libre paraíso de lo maravilloso, el libre paraíso de saber que se tiene vida, y de existir y respirar, alimentando la esperanza de que sus descendientes tarde o temprano serían libres. Mientras tanto en Perú un negro mulato llega a ser fraile dominico, sin imaginar que sería el personaje más importante de la historia de aquella nación convirtiéndose en el consejero del Virrey; el futuro santo San Martín de Porres, barrendero y barbero del convento... Todavía no entendía yo como en febrero del 2013 recién se abolió la esclavitud por ley en el estado de Misisipi en Estados Unidos. Según la ley de aquel estado, la esclavitud seguía vigente y gracias a la película Lincoln encontraron este absurdo estatuto para abolirlo después de 147 años de libertad de los negros en Estados Unidos. 
Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


   Me imaginé a San Pedro Claver diciéndole a un esclavo, "Mira al fondo: la catedral de Cartagena, algún día tus descendientes serán los dueños de esta ciudad, y caminarán libremente, con sus colores de Dios, con su belleza llena de matices y alegría".

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía   





   Seguí a una mujer negra palenquera por ese rumbo acordándome de ese posible momento hace cuatro siglos y la capté en unas imágenes que ya con la edición me ayudarían a encontrar una identidad que yo calificaría como "Impresionismo Fotográfico Sepia". Me pasó algo raro, hice unos acercamientos y me encontré con un fondo divino. Un callejón que se pierde en los siglos. Por eso acerqué más mi objetivo cortando en la edición la foto hasta lograr y descubrir una ventana al pasado que está muy presente en nuestros tiempos en la bella Cartagena de Indias.

Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

 
 


Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía
Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Paseando por Cartagena de la mano de San Pedro Claver: el esclavo de los esclavos que venció la esclavitud del poder. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


martes, 19 de febrero de 2013

Cartagena Azul, desde el aire, desde el suelo y desde el mar. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía (hacer click en este link)

Cartagena Azul, desde el aire, desde el suelo     y desde el mar  

Texto y fotos: Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía
Bocagrande en Cartagena visto desde el fuerte amurallado del Pastelillo en Manga. (Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía)

   Estaba en sobrevolando el escenario que un 13 de marzo de 1741 fuera sitiado por las tropas del almirante inglés Edward Vernon. Los libros de historia citan que los invasores eran más de 31.000 hombres en 186 navios. Según Wikipedia, "la flota más grande grande reunida hasta entonces y que no sería superada hasta el Desembarco de Normandía". Fue aquí, en Cartagena de Indias (Colombia). Y adivinen qué: los ingleses perdieron con cerca de 11.000 bajas. Los vencedores, los cartageneros, eran tan sólo 3.000 hombres en seis barcos. El triunfador, el General español Blas de Lezo. Entre los militares invasores estaba el mismísimo Lawrence Washington, hermano de George, el padre de la independencia estadounidense. 
   Luego de escuchar que Cartagena es uno de los 10 destinos históricos de gran belleza más importantes del mundo a nivel turístico, me imaginaba aquella mágica ciudad amurallada en donde vivió el isabelino pirata Francis Drake, quien alguna vez invadió esta localidad sacada de cuentos que se parecen a las películas que tanto la mencionan. La Cartagena del cura San Pedro Claver, heróico defensor de los africanos esclavizados y secuestrados por los imperios europeos, "el esclavo de los esclavos". O la que fue aquella fuente de inspiración de Gabriel García Márquez, cuando el vivió allá y su "Amor en los tiempos del Cólera", novela que hasta sale referenciada en películas de Hollywood como Serendipity. En sus esquinas se puede encontrar a la hija de Charles Chaplin, Jane, quien afirma que su difunto padre ronda por la ciudad y por su casa encarnado en un gato, o caminando como un gamín bien vestido al actor colombiano de Hollywood John Leguizamo. Principes y nobles europeos se pasean a veces sin ser notados por esta ciudad de ensueño que se pierde entre la perfección de sus calles casi laberínticas y sus murallas, y los edificios de Bocagrande, que me recuerdan a la Miami Beach en la que estuve alguna vez. 
   Llegando a Cartagena, vi desde los mil metros de altura una ciudad que aparecía azul entre la bruma. De lejos se parece mucho a los cayos coralinos de Cuba. Yo diría que era como ver un diamante azul. El aterrizaje pasa por Bocagrande, el Puerto de Manga, la Ciudad Amurallada, la parte de atrás de Cerro de la Popa y uno de los aeropuertos más atrasados y feos del mundo. ¡Qué contraste!. Contraste que se ve en las miles de casas pobres, extremadamente paupérrimas, de atrás del Cerro de la Popa, en donde la miseria contrasta con la extremada riqueza de los que viven en la Ciudad Amurallada y Bocagrande. Gente bella, gente pobre y descomplicada, que muestra la seductora manera del ser costeño. Si el alma de los cartageneros tuviera un físico material, sería tan bella como la misma ciudad amurallada. De todas maneras, Cartagena es una urbe hermosa como una bella mujer cuando está en todo el esplendor de su encanto, aquel encanto que fue construido por las manos más humildes: los esclavos, precursores de la más bella cultura musical y artística colombiana.

Desde el aire


Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia FotografíaCartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

























Ya en tierra, Cartagena


Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía
La Fortaleza del Pastelillo, en Manga, donde el mar pega en sus muros y desde uno de los sitios en los que se combatió a los piratas. Pese al nombre, muy pintoresco por cierto, hace más de tres siglos los invasores eran repelidos con efectividad desde esta muralla, ahora poco visitada por turistas. Está en la parte de atrás de la ciudad antigua y sus almenas son tan grandes y tan anchas que puede uno recostarse en la parte superior de las mismas...  Me dio la impresión que su interior estaba bajo el nivel del mar. (Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía)

Cartagena Azul. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

domingo, 10 de febrero de 2013

Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda

La vivencia es la afirmación de la existencia. Sentir y vivir lo que muchos no viven, es lo que reafirma la alegría de existir y la dulzura de ser.


 Ese día ella se vistió de arte 


Texto y fotos: Iván Coello, Pirotesta Sepia
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Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía













  Ese día ella se vistió de arte. Carolina Aponte Manzano tiene una manera única de hacer periodismo. Ella vive su propia crónica de vida como modelo, comunicadora (especializada en moda), actriz de teatro y columnista bloguera.
   Yo diría en un inglés muy característico en mí, que no es el mejor porque no lo domino, que ella es una "Vivencial Journalist Fashion".
   Efectivamente, ella vive la moda en cada uno de sus reportajes colocándose en los zapatos de las últimas tendencias y las telas que hacen historia por su diseño. Es una reportería vivencial de moda, es sentir en carne propia lo que se lleva puesto.
   Aquel día en que disparé mi cámara hacia ella, me remití a los años 60. Una imagen sesentera con una computadora del siglo XXI. Como sacada de una serie de espías de aquellas que veíamos en los 70, ella posa mientras estudia los textos dramatúrgicos que le toca aprender.
   Ahora ella siente en carne propia lo que es vestirse de un papel, de un personaje, de un drama y de una fantasía que la lleva al a tercera dimensión de lo que es la magia de las tablas. Ese día ella se vistió de arte.

Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía

Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía


Carolina Aponte, la crónica viviente de un periodismo de moda. By Iván Coello, Pirotesta Sepia Fotografía