La bella Carolina Aponte, el cachivachero, Nefertiti Giball y yo en San Antonio
Texto y fotos: Iván Coello, Pirotesta Sepia
La historia un poco extraña. La belleza no es basura, y cuando está se desecha aparece el cachivachero de Cali en una ciudad de apariciones oportunas e inoportunas. Fui afortunado en un encuentro casual con el reciclador de bellezas y maravillas.
Me fui de cacería de imágenes con Carolina Aponte y encontramos en el antiguo barrio de San Antonio al cachivachero oficial de Cali. Un personaje de antología por todo lo que tenía en una carreta que el mismo arrastraba. El Reciclador de Sueños para nada demostraba ser pobre. Todo lo contrario, se ufanaba de llevar como si fuera un anticuario ambulante lo más raro y curioso, desde sillas mecedoras de abuelitas centenarias, adornos, cachivaches y dos maniquíes de esos que ya no se ven y que son sólo cuello y cabeza. Lo que para algunos fue un tesoro y ahora ya no, es su mercadería. "Yo no dejo que estos cachivaches pierdan su valor, los rescato y los vendo a quien de verdad quiera seguir con la tradición", fue una de las frases que nos regaló de ñapa o de yapa, como dicen en mi tierra natal.
Le regalé a mi amiga uno de los o las maniquíes, y la bautizamos por su largo cuello y belleza como la mítica faraona egipcia: Nefertiti; la apellidamos Giball por un letrero de un negocio que vimos por ahí. Fue muy chistoso ver como los hombres que pasaban por el lado de Carolina creían que la cabeza del maniquí era la de un bebé cabezón y muchos le dijeron que el niño (o sea Nefertiti), le daba un aire de ternura a la poseedora de esta muñeca de cuello, cabeza y algún material que de carne y hueso no tenía nada pero que hacía parecer a la muñeca un ser real, por lo perfecta que era. Nos reímos mucho. Me impresionó del cachivachero su estilo como reciclador de cosas bellas y antiguas que se venden a quien de verdad las valore. Todo un ejecutivo del reciclaje.
Hasta las mejores familias y muchos artistas de Cali acuden a él para conseguir un adorno de aquellos que ya no se ven en el mercado. "Reciclo lo que de verdad vaya a tener algún valor sentimental para quien compre cualquiera de estos cachivaches, que para otras personas dejaron de tener el valor espiritual en el momento en que los expulsaron de sus vidas", nos dijo con mucho orgullo.
La última foto me la tomó Carolina Aponte y para mí es uno de los mejores retratos que me han hecho, por eso coloqué el crédito de ella en esta imagen captada en uno de los mejores sitios de Cali "Antigua Contemporánea". La penúltima foto se la tomé a Carolina en la pizzería del Hote Intercontinental, celebrando nuestro logro de haber conseguido a Nefertiti.
El Cachivachero que recicla cosas bellas y las vende a quien las valore. |
Iván Coello, By Carolina Aponte. |
Saludos y felicitaciones, este blog ya está entre mis favoritos. Un hermoso trabajo, mis saludos a Carolina A. un aplauso a su belleza y otro a tu sensibilidad
ResponderEliminar(filiodastrevas) jajjajajajja
Gracias mi grande amigo Filiodastrevas... Le daré tus saludos a Carolina y a Nefertiti jejejejejeje... Gracias por tu apoyo.
ResponderEliminarexcelentes fotografías... el "sepia " les da ese toque especial que solo usted puede agregar !!!! éxitos...
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